Nos animamos a cruzar el Camino Misterioso de Tandil

Nos animamos a cruzar el Camino Misterioso de Tandil

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Tandil tiene muchos lugares conocidos y otros que no lo son tanto pero que, una vez que estás allá, no podés no visitarlos. Cuando nos dieron el mapa, hubo un punto en especial que nos llamó la atención. Imaginate: decía «Camino misterioso» ¿Cómo no ir? Allá fuimos, por supuesto. Vení que te contamos con que nos encontramos al recorrerlo.

Lo llaman también Camino Encantado. Está a la salida de Tandil, a unos cinco kilómetros para el lado del Casino. Es un sendero de tierra que es custodiado por unas retamas que, como ves, perfuman el aire y tiñen todo de amarillo. Nos habían dicho que si apagabas el auto y lo ponías en punto muerto en eso que veíamos como una bajada, el auto comenzaba a ir para atrás, como si una fuerza se lo llevara. Llegamos con esa idea en la cabeza y al alcanzar el lugar señalado ya ni importaba si eso pasaba o no, porque el paisaje se veía tan maravilloso con las sierras de fondo, el silencio, las mariposas revoloteando por ahí… Igual, probamos. Detuvimos el auto en el lugar indicado en el mapa, que se veía en bajada, lo dejamos el punto muerto y, tal como nos habían dicho, ¡Se movía para atrás! ¡En subida y apagado!

El dueño de la cabaña que alquilamos nos había dicho: «Al llegar al final del camino se van a dar cuenta» ¿Qué nos había querido decir?

Seguimos camino hacia donde una barrera cortaba el paso con un cartel: «Propiedad privada». Miramos hacia atrás, y empezamos a entender: ¿Habíamos bajado o habíamos subido? ¿Se trataba acaso de una ilusión óptica?

Las coordenadas las encontrás en el LINK

(Al principio cuesta encontrarlo, pero en el Google Maps está marcado por su nombre)

Más allá de que por mucho tiempo se tejió alrededor de él un tendal de historias de misterios, y se hablaba de campos energéticos y demás, muchos científicos han explicado que se trata de una ilusión óptica, una disposición de los árboles, el camino, etc, que generan la sensación de que se baja cuando, en realidad, se sube. Cada uno despliega su explicación.

Como sea, llegar hasta ahí, en el medio de la nada, y vivir ese misterio vale la pena. Entre excépticos y buscadores de leyendas, el sendero encantado tiene para todos, como respuesta, su propia belleza.

 

 

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