Ya hablamos del laberinto de Borges que está en Mendoza, a pocos kilómetros de San Rafael. Ya conocemos historias, como la del Minotauro, o ese espeluznante laberinto de El Resplandor, en el que la familia escapa del padre desquiciado. El laberinto tiene algo de misterio, algo de diversión y mucho de fantasía. Si nunca te perdiste en uno, acá te contamos dónde podés encontrarlos en distintas partes del país. Así, cuando volvamos a los viajes, tenés opciones para divertirte y perderte.
El Hoyo, Chubut
El más grande de Latinoamérica está en La Patagonia. En El Hoyo, en el valle del Río Epuyén , en Chubut, está este fascinante sitio que es visitado con entusiasmo por los turistas. Al día, unas 150 personas se pierden en sus pasadizos. Es una superficie de 8500 metros cuadrados . Una de las máximas de sus creadores en el sur: Quien lo recorre es siempre un héroe.
Los Cocos, Córdoba
Fue durante mucho tiempo el más famoso de Argentina. Está a 80 km de Villa Carlos Paz y las sierras le hacen de escenario. Este laberinto se fue a los clásicos y dicen que con sus ligustros se inspira en el del Rey Minos en Creta. Es ideal para ir con niños.
Las Toninas, provincia de Buenos Aires
Tiene cinco entradas pero solo uno conduce al mirado que guía la salida. Hay doce caminos que no llevan a ningún lugar. Es un juego con avances y retrocesos. Fue construido sobre médanos naturales y tiene subidas, bajadas y escalones. Dicen que es uno de los únicos en el mundo con estas características.
Montecarlo, Misiones
Está entre los más grandes de Sudamérica, aunque el de Chubut gana por tamaño. Tiene más de 3000 m2. Lo forman ligustrinas que ocupan unos 1700 metros lineales que llegan al 1,70 de altura. Aseguran que para recorrerlo se tarda entre cuarenta minutos y una hora y está en el Parque Juan Vortisch, donde realizan, además, la Fiesta Provincial de la Flor y Fiesta Nacional de la Orquídea.
La Serranita, Córdoba
Está a 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba y 15 kilómetros de Alta Gracia. Se trata de un parque que tiene muchos juegos al aire libre para grandes y chicos y entre ellos tiene un laberinto. Se puede llevar el mate para aprovechar los espacios de descanso. El laberinto se forma con espirales de ligustrinas y puentes de madera. Todo el lugar es ideal para ir a pasar todo un día.
