Paellas, barcos y leyendas a minutos de Las Grutas

Paellas, barcos y leyendas a minutos de Las Grutas

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Foto: Adrián Kaplan Krep

Si vas a Las Grutas, sin dudas el tiempo se va en el disfrute del agua templada de esa parte del Atlántico pero no todo queda en agua, arena y sombrilla. También podés aprovechar a recorrer las cercanías. Hay una serie de imperdibles: Piedras Coloradas, el paraje de los pulperos, unas casitas de chapa en la que los hombres y las mujeres del lugar pescan pulpos y los ofrecen en conservas, además de vender estrellas de mar y caracolas. También es buena oportunidad para ver la costa turquesa de San Antonio Este, en la parte del puerto, o la playa La Conchilla, donde miles y miles de caracolas hacen una llanura diferente, una alfombra que cubre por completo la arena. Entre todas esas opciones, una grata sorpresa es llegar a San Antonio Oeste, a unos 25 minutos de Las Grutas, y pasarse por el puerto viejo, el cementerio de barcos y los puestos de pescadores artesanales.

Si querés ver el espíritu marinero en esta región, pasá por ahí.

Foto: Adrián Kaplan Krep

Alrededor de ellos hay un poco de mito, otro de historia oral y mucho de espíritu legendario. Los barcos aquí encallados parecen gigantes animales marinos cansados de surcar las aguas. Para quienes gustan de tomar fotografías o las historias de marineros y exploradores, el cementerio de barcos es sin dudas un escenario óptimo para eternizar. Acá no hace falta filtro de Instagram: el óxido de los barcos, las frases que distintos aerosoles estamparon en las carcasas viejas, el agua como contraste,  transparente como el cristal, de un celeste despampanante. Todo en su conjunto hace que muchos puedan lucirse con sus imágenes.

Foto: Adrián Kaplan Krep

 

Son barcos que quedaron ahí, dormidos en el tiempo, atascados por viejos o por problemas legales. Hay una historia de un barco ruso que estuvo con su tripulación varios días varado. Muchos de ellos pudieron volver a su país, pero la nave quedó aquí para siempre. Los barcos arribaron en diferentes épocas y allí quedaron, sembrando leyendas y sumándose a los que llegaron antes para armar un grupo amontonado que le da a esta zona de  San Antonio Oeste, que se llama Punta Verde, un aire de expedición e historia espontáneo.

 

Foto: Adrián Kaplan Krep

Ahí, en ese mismo lugar, en la línea de gualeguays y ecupaliptos,  y antes de llegar al puerto nuevo, se extiende una serie de casas y puestos de pescadores artesanales que venden pescado fresco, recuerdos, colgantes, caracolas gigantes – sí, cada zona exhibe y vende sus cosechas de mar- y donde se pueden comer rabas recién hechas y, si se tiene suerte, se puede llegar justo a tiempo para ver la preparación de una paella al aire libre, que se anuncia con un cartel a la calle y que toma un gusto especial si se come a la sombra de los árboles.

Foto: Adrián Kaplan Krep

Te lleva medio día, si parás en Las Grutas. Vale la pena.

Si querés ver un poco más, estas son las coordenas para Google Earth:

-40.725751, -64.936715

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