En el sur, dos de los platos más deliciosos del mundo

En el sur, dos de los platos más deliciosos del mundo

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Foto: Kaupe.restaurant / Facebook

En el Canal Beagle se encuentran unas de las mejores centollas del mundo y el Atlántico sur es de los pocos lugares del planeta donde, a más de 1000 metros de profundidad, se pesca la Merluza Negra, codiciada porque aseguran que sus carnes son las más deliciosas que se pueden probar.

¿Qué es la centolla? Un crustáceo que se comercializa muy bien acá y, en especial, en el exterior. Su sabor es delicioso y se la pesca en especial en el Canal de Beagle aunque en toda la costa patagónica la puede encontrar. Los fueguinos, sin embargo, saben cómo lograr los platos más ricos. Es un plato con historia. Ya las comunidades originarias yaganes la comían antes de la llegada de los colonos. Se come, en especial, la carne de las patas y el caparazón. Aseguran que posee muy poco colesterol y es rica en proteínas.

En la Academia Argentina de Gastronomía recomiendan comerla en ensaladas o, pedir, por ejemplo, una copa de centolla, para apreciar mejor su sabor. También sugieren otras preparaciones: «en crepes, lasañas, tartas, al vino blanco, a la milanesa, para rellenar paltas o ravioles, como paté, como salsa para una pasta, como ceviche, con arroz o en un gratin».

La Merluza Negra, por otra parte, es una joya buscada, apreciada y consumida por pocos. En Chile la llaman róbalo de profundidad. Se exporta casi en su totalidad, así que sale carísima. No por nada le dicen «el oro blanco de la Antártida».

Vista desde Kaupé. Foto: Kaupé restaurant / Facebook

Ok ¿Y dónde buscamos esos platos tan deliciosos? Hay varias opciones en Ushuaia. Un clásico es ir a problarla en un lugar privilegiado, ahí nomás del canal de Beagle, en Kaupé, un restaurant que fue elegido como el mejor del país hace unos años. Otra posibilidad es ir a probar raviolines de centolla a Tante Sara o a Chez Manu. Acordate de que en Ushuaia vas a gastar un poco más que en los restaurantes de Buenos Aires. De todos modos, la vista, el sabor, la experiencia, lo valen. Y panza llena, ya lo decían las abuelas, corazón contento. Cuando se pueda viajar, este plato te depara aventuras. Por ahora, lo deseamos desde casa.

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