«Si vas a Córdoba, traeme alfajores» Una frase repetida por golosos y amantes de los alfajores. En esta nota te contamos un poco más sobre este dulce que supo cómo conquistar el corazón de muchos viajeros. Mientras tanto, andá pensando de qué sabor los preferís ¿Fruta, dulce de leche o chocolate?
El origen del alfajor cordobés se remonta a las famosas tabletas que preparaban los árabes. Tras conquistar España, las recetas se fue transmitiendo hasta llegar más tarde, al nuevo continente donde se instaló para quedarse. En esta zona, de producción de dulces y mermeladas surge la idea de unir dos «tapitas» y rellenarlas con algún sabor. Así nace el «alajú» que más tarde se llamaría «alfajor»
En Córdoba, también se preparaban las populares colaciones, que derivaban de las tabletas. Eran elaboradas en conventos, sobre todo, y se entregaban en los colegios para que los chicos puedan comer en los recreos.
Los alfajores son dulces y muy friables, se deshacen en la boca. Pueden prepararse con miel o extracto de malta lo que le otorga un sabor único. El relleno, en su mayoría, es de fruta (ciruela, pera, frutilla) y en algunos lugares se prepara con dulce de leche. Lo que jamás puede faltar en un alfajor cordobés es el baño de glasé que le aporta un toque ácido y lo vuelve un manjar perfecto.
Si querés poner manos a la obra, aquí va la receta:
Tapitas
300 grs de harina leudante
1 cucharadita de polvo de hornear
2 cucharaditas de bicarbonato amonio (o de sodio)
2 cucaradas de azúcar impalpable
150 grs de manteca pomada
2 huevos
2 cucharadas grandes de miel
½ cucharada de malta
5 cucharadas de leche fría
Relleno
Dulce de membrillo, dulce de leche o mermelada del gusto deseado
Glasé
1 clara de huevo
1 cucharada de jugo de limón
Azúcar impalpable, cantidad necesaria
Preparación:
En un bowl poner la manteca pomada junto con el azúcar. Agregar los huevos, la miel, la leche y el extracto de malta. Mezclar hasta que quede una preparación homogénea.
En otro recipiente tamizar la harina, el polvo de hornear y el bicarbonato. De a poco agregarlos a la mezcla anterior. Tiene que quedar una masa lisa. Luego la envolvemos en papel film y la dejamos en la heladera 35 minutos. Después la estiramos en una mesada enharinada y cortamos circulitos y los vamos poniendo en una bandeja enmantecada para llevar al horno medio por 15 minutos.
En una olla pequeña derretimos el dulce que hayamos elegido para rellenarlos. Y los ponemos entre las tapitas.
Para el glasé
Batir la clara a punto nieve y agregar el azúcar con movimiento envolventes. Luego, el limón y más azúcar hasta lograr el punto del glasé. Luego bañamos con él a nuestros alfajores con acento cordobés.
¿Qué tal?