Recorrimos Qhapaq Ñan, el sistema vial andino declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. También, visitamos el Shincal de Quimivil en Catamarca, una de las ciudades incáicas más importantes. En esta nota, viajamos a Tucumán y descubrimos otra huella del Gran Imperio, La Ciudacita.
Estas ruinas son recintos con formas escalonadas, que rodean un campo ceremonial rectangular de 2400m², conocido en lenguaje incaico como “Kalasasaya”. Las piedras son lajas de color grisáceo y los muros alcanzan una altura de un metro. Se pueden ver cierto deterioro en la estructura, ocasionada por el paso del tiempo y por el tránsito de guanacos y otros mamíferos.
Este lugar fue el único bastión Inca en la provincia. Se ubica a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar y a 150km de San Miguel de Tucumán. Es conocida también como «Pueblo Viejo» y se cree que es el punto más al sur de los asentamientos. Existen hipótesis que afirman que su construcción fomentaba las relaciones con otros pueblos, al mismo tiempo que permitía una visión abierta de la zona donde nace el Sol.
Las ruinas forman parte del Parque Nacional Los Alisos, al sur de la provincia. Para visitarlas, hay que consultar cuáles son los prestadores habilitados para brindar visitas guiadas, quienes deben ser expertos en actividades de montañismo.
Actualmente las ruinas están bajo la supervisión constante y el cuidado del Instituto de Arqueología y el Museo de la UNT, que trabajan conjuntamente con la Administración de Parques Nacionales y el Ente Cultural de Tucumán. Forman parte de un un proyecto que las investiga, conserva y, sobre todo, busca concientizar sobre su importancia.
