Cinco jardines botánicos que nos maravillan

Cinco jardines botánicos que nos maravillan

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Son como bibliotecas naturales, archivos que muestran de manera ordenada las plantas que tenemos, las que han traído, las que están por extinguirse. La fascinación por conocer la naturaleza ha existido desde siempre. Humboldt, el naturista, era capaz de trepar al monte más elevado para ver qué musgos crecían en su cima. Argentina, con su amplio territorio y su variedad de especies, tiene una larga tradición de estudios de botánica. Cuentan que Carlos Thays, el diseñador de los parques en Buenos Aires, había logrado hacer crecer las plantas de yerba mate y eso lo enorgullecía. El secreto era conocerlas y hablar con los pueblos que más saben de ellas: los pueblos originarios. Los jardines botánicos se definen por su ordenada colección de plantas, con criterio científico. Acá vamos a pasear, a respirar, pero también vamos a aprender. Son depositarios de ciencia y cultura que además aportan belleza.

Hoy, en Descubrir Turismo, te proponemos ver cuáles son algunos de los que integran la Red de jardines botánicos de Argentina.

¿Vamos?

Jardín Botánico Pillahuincó, Tornquist

Está en el Parque Provincial Ernesto Tornquist, al sur de la provincia de Buenos Aires, cuidado por la Universidad Nacional del Sur. Es uno de los pocos lugares en los que podés ver de manera conservada los pastizales de La Pampa. Marcela, cedrón del monte, carqueja, colas de zorro, plantas autóctonas que poco a poco van perdiendo terreno ante otras más endémicas y que aquí se resguardan con el trabajo diario. Un lindo paseo que se puede combinar una visita al cerro Tres Picos, o una escapada a Sierra de la Ventana.

Jardín Botánico Alberto Roth, Posadas

Ya sabemos de la variedad vegetal que habita en Misiones. Aquí, con un orden científico y un cuidado especializado, vas a encontrar la historia natural de la zona. Son 11 hectáreas en la chacra 223 de Posadas y pertenecen a la Municipalidad. Roth es el nombre de un suizo que fue considerado el mejor conservacionista de Sudamérica. Hay 154 especies y la selva paranaese es representada en todo su esplendor. Hay una biblioteca, varios senderos para recorrer, un espacio para niños y – una de sus joyas – un orquideario.

Jardín Botánico de Córdoba

Está en el barrio Quebrada de las Rosas. Tiene seis hectáreas. Hay muchas especies en peligro de extinción. Además, hay un acuario y un invernadero llamado El Infiernillo, dedicado a plantas nativas. El lugar es visitado constantemente. Los cordobeses vienen acá a hacer yoga, actividades educativas, o simplemente pasar el rato en un espacio natural.

Jardín botánico de Fundación Miguel Lillo, Tucumán

Dicen que un rincón de la selva se resguarda en plena ciudad. Lianas, árboles de más de cien años, venir acá es espiar la selva con el asfalto cerca. Hay recorridos dispuestos para pasar la tarde, para parar a sentarse en un banco de madera y quedarse a a la espera de que aparezca uno de los tantos colibriés que aparecen en este lugar que visitan unas 90 especies de aves. También hay figuras de dinosaurios del cretásico que habitaron la zona.

Jardín del Arido Patagónico, Comodoro Rivadavia

La aridez no es sinónimo de falta. Al contrario, llegar a este jardín es ver que en lo desértico habitan plantas de belleza sutil y resistente. Se recorre en 40 minutos. Es una visita diferente si andás por la Patagonia.

Y el jardín de jardines:

Sobre él han escrito libros, canciones, poesías… El Jardín Botánico Carlos Thays tiene una colección de plantas de las más importantes de la región. Hay invernaderos hechos en bellas construcciones, arboles viejísimos, otros que fueron rescatados y crecieron por semillas recolectadas en archivos y tienen, también, un jardín de las mariposas, que tiene especies especiales plantadas para atraerlas. Es uno de los lugares más lindos de Buenos Aires.

 

 

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