El Bolsón: La comarca se renueva

El Bolsón: La comarca se renueva

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Silvia Speratti

Ahora que los hippies de los setenta ya están cuidando a sus nietos, El Bolsón se renueva en una propuesta natural y saludable: meditación, paseos, spas y vecinos dispuestos a recordar las historias. ¡Corramos al bosque!

Los locales no hablan de El Bolsón sino de “la comarca”, porque éste es el verdadero nombre de esta zona: la Comarca andina del paralelo 42. Pero desde hace décadas todos los que no vivimos allí hablamos de El Bolsón o de “el valle encantado” como de un lugar intacto, increíblemente bello y como fuera de este mundo. Y todo eso es verdad.  Pero hay algunos cambios.

El principal es que si por décadas El Bolsón (hoy un pueblito de Río Negro ubicado a los pies del cerro Piltriquitrón, o “cerro colgado de las nubes”) fue sobre todo un refugio de hippies, revolucionarios y toda otra variante del espíritu anti-sistema, desde hace algunos años se ha lanzado también una propuesta (llamada “Bolsón Bienestar”) que propone a la ciudad como el sitio ideal para respirar, descansar y pasarla bien sanando cuerpo y alma en un marco natural que es difícil de imaginar antes de haberlo visto: cielos azules, bosques como de cuento de hadas y una ciudad con más de aldea que de cualquier otra cosa.

Foto: PmunozR Photography / Flickr, creative commons
Foto: PmunozR Photography / Flickr, creative commons
Tierra de leyendas

La historia cuenta que ya en 1620 un capitán español llamado Juan Fernández estuvo recorriendo estas tierras, y nada menos que en busca de un lugar legendario: la Ciudad de los Césares, un sitio en donde –suponían los españoles- la riqueza era tanta que la vajilla estaba hecha de oro y de plata, y estaba incrustada con piedras preciosas.

Nadie dio nunca con ese lugar, pero sí con un valle hermosísimo y fértil adonde, en sucesivas oleadas, terminaron llegando inmigrantes de todo el mundo. Formalmente, el pueblo “nació” el 28 de enero de 1926, pero a principios de siglo (en una fecha imprecisa que algunos historiadores fijan entre 1910 y 1914) los pobladores europeos radicados en la zona intentaron crear una “República de El Bolsón”, hasta con bandera propia. Llegaron a nombrar presidente y ministros, pero cuando las autoridades reales se hicieron presentes en la zona, la pequeña república ya se había desintegrado. Pero su atractivo no y fue por eso que en pleno Flower Power varios grupos hippies se instalaron en la zona, dejando una impronta de libertad y creatividad que hasta hoy se respira sobre todo en la Feria Artesanal que se lleva adelante martes y domingos en la plaza central. ¿Lo imperdible de allí? Los mates de calabaza con virolas de plata, los instrumentos musicales y las notables “mezclas de flores” que se venden en bolsitas y sirven para perfumar los cajones de ropa.

El imperio del Omnnn
Lumina / Facebook

La actual propuesta de El Bolsón incluye entonces mucho más que la clásica variante hippie de artesanías, dulces y tejidos, y se abre a una experiencia mucho más amplia, centrada en el bienestar a todo nivel. Por ejemplo, disfrutando de un masaje balinés o shiatzu, de meditaciones y hasta de tratamientos estéticos en base a chocolate, como los que ofrecen en el spa de montaña Las Nalcas. También es sumamente interesante la propuesta “holísitica” de un centro llamado Lumina, un edificio sin una sola línea recta, pintado de rosa y lleno de vitrales que dejan pasar la luz. Allí se medita, se puede tomar un “baño de gong” ultra relajante y además se ofrecen masajes de todo tipo a cargo de profesionales de primer nivel. ¿Otra delikatessen? La lectura de aura que hacen los miembros de la comunidad Uluia, tan agradable como reveladora.

El bosque encantado
rionegroturismo/ Instagram

Claro que para quienes no se entusiasmen tanto con la quietud, los mimos y el “Omnn” existen también otras opciones. Los circuitos de trekking, por ejemplo, son un clásico en esta zona de bosques rumorosos que parecen haber sido inventados para que uno se pierda por un rato en ellos. Pero además se puede contratar una cabalgata por la zona (que siempre se puede ajustar a las edades y  habilidades de los jinetes, como las que ofrece la empresa www.fofocahuel.com.ar ) o bien ir apostar a la sorpresa con una visita al Bosque Tallado. ¿El qué? Eso: un bosque (mejor dicho, lo que queda de un bosque destruido por el fuego hace décadas) adonde un grupo de artistas de todo el mundo han convertido a los troncos ardidos en maravillosas esculturas. Eso sí: para llegar a ver semejante maravilla habrá que caminar (y a veces también  trepar) por un camino de montaña durante cerca de una hora, así que se recomienda hacerlo sólo si se está en buen estado físico. Dato a tener en cuenta para esta travesía: llevar además protector solar, ropa liviana y agua, porque no hay proveeduría en kilómetros a la redonda.    

Silvia Speratti

Una vez de regreso en el pueblo, y después de tanta actividad física, se impone un té montañés como los que sirven en varias hosterías bolsonesas. Una de las más recomendables es La posada de Hamelin, porque sus desayunos y meriendas vienen con dotación de panes, pastelitos y hasta dulces caseros, y todo en un salón que parece brotado de un cuento de Grimm. Aunque, para los que ni siquiera en plena montaña pueden negarse a un helado artesanal, lo que se impone es una visita a Jauja, una heladería bolsonesa tan original en sus sabores (imperdible la Crema del desoriente) que terminó abriendo sucursales en todo el país. Goloso, ¿yo?   

¿Sabías que….

El Bolsón alguna vez quiso ser una república, y hasta llegó a tener bandera y autoridades que se dijeron independientes tanto del gobierno chileno como del argentino?

4 Comentarios

  1. Super interesante la nota gracias descubrir turismo voy siempre a bariloche y este año pase por el bolso. Gracias a ustedes !!!!! Hermoso 100% recomendable !!!!

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