En la foto de portada vemos a una picaflor vientre negro en una hermosísima mburucuyá de esas igual de hermosas que estas aves y que crece en Misiones. Este lugar los reúne a todos. Suena a lugar mágico, y lo es. Un jardín de picaflores, un espacio en el que vuelan libres, congregados por la inteligente disposición de flores y atractivos como el agua azucarada, en una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta ¿Te lo imaginás? ¿Podés crear en tu mente el sonido de sus alas batiendo a velocidades imposibles, tan frágiles y bellos, paseando por ahí? El jardín de los picaflores es uno de esos lugares que no se olvidan y que en pocas partes del mundo se pueden encontrar y hoy te mostramos qué seres maravillosos podés ver en este paseo.
¿Dónde se encuentra? En Puerto Iguazú. Al norte de la ciudad, a 25 minutos de las Cataratas. Es el patio reacondicionado de una casa y aseguran que hasta el momento lo han vistado más de ocho especies diferentes de colibríes. Si preferís los climas cálidos más que la nieve, este es un destino ideal, porque además de disfrutar de los puntos turísticos más clásicos de Misiones tenés la oportunidad de pasar un tarde en este rincón verde en el que la naturaleza se emperifolla.
Ahí tenés una panorámica del jardín. Los puntos de colores de plástico son los famosos bebederos, que atraen en especial a estas aves. El lugar cuenta además con algunas camas para quienes eligen despertar y desde temprano percibir la vibración de los picaflores, que se acercan sin que importe si hay sol, calor o lluvia.
Acá también llegan aves que sufrieron alguna herida. Este que vemos en la foto, por ejemplo, se fracturó el ala al chocar contra un ventanal en una agencia de turismo y lo llevaron a este refugio para que se cure.
Son más de ciento cincuenta aves que visitan el lugar en total libertad. Además, hay otras especies y se suelen ver espléndidas mariposas.
El lugar está pensado para la contemplación, entonces los bancos están dispuestos de manera tal que puedas sentarte y mirar, y respirar. Es un lugar único en el continente americano.
Ochenta aleteos por segundo – sí, leíste bien, por segundo- . Eso es lo que le calculan a estas aves tan pequeñas y a la vez tan potentes. Por ese gasto de energía es que requieren de lo dulce y por eso mismo es que las atraen con agua azucarada. Los bebederos se cambian con mucha frecuencia para mantener las condiciones de higiene y protegerlos.
Estas son algunas de las maravillas con las que te podés topar:
Picaflor común
Picaflor viente negro
Picaflor tijereta
Asombroso
Bellosluisa