Tres paseos con encanto

Tres paseos con encanto

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Una visita a un pueblo amenazado por la extinción (pero revivido por el turismo), un recorrido paleontológico por La Rioja y una visita al Calafate más auténtico. De norte a sur, Argentina está tejida de paseos imperdibles. Aquí van tres de los más originales.

A todos nos ha pasado: llega  el anhelado fin de semana largo o ya tenemos encima las vacaciones de invierno, cuando de repente nos damos cuenta de que vamos SIEMPRE a los mismos lugares, en donde también hacemos exactamente lo mismo. Mar, montaña, más mar, más montaña y asi siguiendo hasta que un momento supuestamente tan placentero como el de las vacaciones termina volviéndose rutina.

¿Qué hacer  entonces? Simple:  poner rumbo hacia esos sitios en los que nunca hemos reparado. Y, claro está, no estamos hablando aquí de alguno de esos “destinos exóticos” de perfil inalcanzable y cotizados en euros, sino de propuestas de viaje en las que lo que cuenta es la originalidad del sitio a visitar o bien  lo que haremos una vez en destino. ¿Vamos?

Paseando con dinosaurios

Foto: Parque de Dinosaurios Sanagasta / Facebook

Puede que La Rioja no sea la primera opción para quienes viajan al norte a atiborrarse de Purmamarca y de salar. Sin embargo, sobre la ruta 75 se ha inaugurado un parque extraordinario y digno de una visita, en especial si hay chicos en la familia y más aún si están atravesando la clásica etapa de amor por los dinosaurios. Sucede que este parque (llamado Parque de Dinosaurios de Sanagasta) se levanta en un sitio en donde –según han podido verificar los científicos) hace millones de años esos gigantescos animales solían nidificar. Allí, entre gigantescas  moles de  piedra rojiza, habrían aprovechado  la presencia de aguas termales  y de esos bloques enormes para mantener a sus crías a buen resguardo. ¿Lo mejor? Que, de la mano de paleoartistas que lograron crear duplicados casi exactos de estos animales,  el parque está saturado de dinosaurios que se ven tan reales como los que vivieron aquí hace millones de años.  Más info en: https://www.facebook.com/Parque-de-Dinosaurios-Sanagasta-1406841946240283/

Aires campesinos

Foto: Responde.org.ar

Claro que también, a veces, lo único que queremos hacer en vacaciones es –literalmente- desaparecer del mundo. Que, por lo que duren nuestro viaje- nadie pueda llamarnos a preguntar en dónde estamos ni los de la oficina a inquirir a dónde fue que dejamos ese documento importantísimo  del que fuera del horario de trabajo (la verdad sea dicha) nos importa absolutamente nada. Es por eso que muchos viajeros optan por desconectarse viajar al pasado. Literalmente.

Tal es el caso de quienes conocen el  trabajo de RESPONDE (Red Nacional de Poblados que Desparecen), un proyecto creado por la geógrafa Marcela Benítez hace más de diez años al darse cuenta de que el mapa de nuestro país estaba tachonado de poblados y localidades que comenzaron a morirse (esto es, a perder habitantes  de censo en censo) y en especial desde que el tren dejó de ser un vehículo  cierto de comunicación (¿quién no recuerda acaso aquel nefasto “Ramal que para, ramal que cierra”?).

Gracias a ese trabajo, hoy varias de estas localidades han vuelto a animarse. A ellas se puede ir a pasar el día, almorzar y recorrer  o bien permanecer por más tiempo. A veces son los vecinos los que abren sus casas y otras, son antiguos hoteles del lugar los que han sido recuperados, creando así nuevos puestos de trabajo en el pueblo. Y como lo que se respira en cada uno de estos lugares es una enorme tranquilidad, la alternativa es la ideal para el descanso y la lectura.  Si, por ejemplo, uno no quiere alejarse mucho de la Capital pero al mismo tiempo sí quiere desconectarse del stress, ningún pueblo entonces mejor que Pirovano, en donde la llanura pampeana vuelve a todo su esplendor y cambia de colores según la temporada. En el lugar hay un hospedaje sencillo para alojarse y también dos hosterías en donde comer platos típicos de la cocina criolla. En septiembre tiene lugar allí la Fiesta del chorizo seco, durante la cual hay degustación, cena y baile. Más info en www.responde.org.ar

Al Sur más natural

Para los que ya hayan tenido la suerte de ir a Calafate y conozcan de primera mano cómo brama el Perito Moreno (esté o no en tiempo de desprendimiento) volver a recorrer la zona deteniéndose en sus postales menos visitadas puede ser una excelente alternativa. O dos, en realidad: la primera consiste en una visita a las cuevas de Walichu,  refugio –hace miles de años- de los primeros moradores del lugar. Su nombre significa “embrujo”  en lengua originaria y si visitarlas todavía conmueve es justamente porque en sus paredes se conservan las pinturas rupestres hechas por aquellos cazadores. Hay allí animales en rojo, en amarillo, en negro. Algunos fueron pintados directamente con las manos y otros con utensilios mediante los cuales la pintura se aplicó sobre la piedra. Es hermoso y extraño poder estar ahí, reviviendo esos dibujos que alguna vez fueron  rituales propicios para una buena cacería.

Foto: patagonia-argentina.com

 

No muy lejos de ese lugar hay otro, no menos encantado. Se llama la Reserva de Nimez y no es otra cosa que una laguna, un parque natural en donde aves de todo tipo y color se dan cita para disfrutar  del agua (en época de calor, claro, y antes de que la laguna se convierta en escarcha). Son más de 2.500 metros de reserva y en ella se pueden divisar desde flamencos hasta bandurrias, teros y cauquenes. Por suerte hay guías que explican todo al detalle y en temporada de verano los paseos son la mejor manera de retratar la belleza natural de la Patagonia sin perturbarla, porque hay apostaderos y miradores desde donde hacer “Click” sin que la bandada se eche a volar.

LAGUNA NIMEZ RESERVA NATURAL MUNICIPAL / Facebook

 

¿Sabías que….

En Argentina hay más de 800 pueblos en vías de extinción pero a los que sus vecinos están recuperando a través del turismo?  Por eso es tan importante conocerlos y apoyarlos.

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