Tres imperdibles si hacés una escapada a Suipacha

Llegan los días lindos, esos que nos invitan a salir a la ruta y cortar la rutina con una escapada de fin de semana que oxigene nuestros días hasta las vacaciones. Hoy te compartimos esta propuesta: Suipacha, a menos de dos horas de Buenos Aires. Y va con tres paseos que no te vas a querer perder ¿Vamos?

Está a sólo 120 kilómetros de capital. Se llega por la Autopista Acceso Oeste/RN7 y Autopista Luján – Bragado/RN5. Suipacha es una ciudad pequeña y llena de encanto, con silencio y calles limpias. Pero no creas que esa tranquilidad es sinónimo de falta de propuestas. Para dormir allá disponés de hoteles, casas de campo, y hosterías. La oferta es variada, así que podés elegir ir a pasar el día o quedarte y descansar para despertarte con el canto de los pajaritos en la ventana.

¿Y cuáles eran esos famosos imperdibles? Ahí vamos:

Recorrer la ruta del queso

La Ruta 5, a partir del km 118 en adelante, es un camino al paraíso: Podés recorrer los centros de producción de los productos típicos regionales y entrar a las fábricas Cabaña Piedras Blancas y Fermier y fascinarte con todos sus secretos. Hay algunos establecimientos que sólo reciben con visita guiada, otros que aceptan viajeros solitarios. Podés consultar en rutadelqueso.com.ar

Conocer los campos de arándanos

Ahora, en primavera, están en flor. En unos meses darán sus frutos. Il Mirtilo es la empresa familiar que cultiva arándanos, frambuesas y otros frutos deliciosos.

En esta visita por los campos podés comprar mermeladas sin aditivos ni conservantes y pasearte por esos caminos que están preciosos en esta época. Pensá que cada flor es luego un fruto. Si querés coordinar visita, tenés que mandar mail a  info@rutadelqueso.com.ar.

Pasar por un almacén de campo

Este lugar te va a encantar: El local Quesos de Suipacha es un  almacén de campo de los tradicionales, con pisos gastados y largas estanterías de madera repletas de quesos, fiambres y conservas. Ahí cerrás tu paseo, te llevás algo para el viaje, para regalos, y podés volver feliz a tu rutina, con la panza y el corazón contento.