Mide una cuadra de largo. Son diez metros de diámetro. Y se forma sólo en enero y febrero (si las condiciones acompañan). Se llega en vehículos 4×4. Está cerca de Esquel, Chubut, en la zona del Cerro La Torta. Se hace un camino hermoso, con bosques, montaña, una pinturita, y se llega a este recoveco helado del que no te vas a olvidar fácilmente.
¿Cómo se produce este túnel? Porque el sol no pega directo en ese lugar y entonces el calor va de adentro hacia afuera. El resultado es ese pasadizo de película en el que brilla el blanco puro, y cuando hay sol, a veces, se ven destellos verdes fulminantes. No es criptonita, nada que ver. Es la magia de esta zona donde la naturaleza se puede dar el lujo de hacer sus juegos. Además, la capa de hielo tiene un efecto circular, como si fuera un techo de mármol tallado, y el sonido hace su show también con ecos producidos por la formación del espacio.
Al llegar al Cerro, caminás unos 800 metros. Ahí arribás al pie de una cascada imponente, de 45 metros de altura. En esa parte de Esquel se acumula nieve y es ahí donde se forma este túnel que sólo podés visitar en verano.
Es una excursión que se hace sólo a través de empresas con guías especializados y se tienen que dar todas las condiciones climáticas necesarias. Es importante aclarar esto porque la belleza se aprecia pero también se respeta. Toda la salida dura entre cinco y seis horas.