A lo ancho y a lo largo, el país tiene paisajes majestuosos y variados. Aquí, una lista de esos que a simple vista parecen sacados de alguna película de ciencia ficción o de algún planeta recóndito, alejado de la Tierra.
Campo de Piedra Pomez, Catamarca
En esta parte de la puna, en Catamarca, esta región de elevaciones, arenas negruzcas y terminaciones rosadas dan la sensación de que estamos ante un mar petrificado. Estamos ante una extensión de unos 25 kilómetros de reinado de la piedra pomez, como seña de la convulsionada actividad volcánica que había mucho tiempo atrás.
La localidad más cercana es El Peñón, sobre la Ruta Provincial 43.
Glaciar Perito Moreno, Santa Cruz
Son 5 kilómetros de hielo en movimiento lento y constante. Hay una actividad turística aceitada, es un lugar hiper visitado pero no por eso deja de sorprender esa superficie de hielo que casi encandila. Cualquier planeta helado se vería insulso frente a la belleza fría ahí.
Payunia, Mendoza
El día después del apocalipsis presentaría, quizá, esta cara. En el departamento mendocino de Malargüe está la zona de mayor concentración de volcanes del mundo y lo que se ofrece es un desierto oscuro y misterioso.
Ojo, si hacés el recorrido, hacelo con un guía preparado.
Monte Fitz Roy, Santa Cruz
Los tehuelches le decían «montaña humeante», también conocido como Cerro Chaltén, por las eternas nubes que lo coronaban este punto elevado es buscado por quienes gustan de las aventuras. Una subida exigente (en especial en el último tramo) que ofrece a quienes se le animan una recompensa a la altura de sus expectativas.
Salinas Grandes, Jujuy y Salta
Acá el sol hace brillar los blancos de la sal, que lo cubre todo en esta parte del norte, partiendo desde Purmamarca, donde se pueden contratar excursiones. Se hacen espejos, todo refleja y refulge, como si estuviéramos en algún universo paralelo.
Consejo: llevá anteojos de sol y protector solar.
Cañón de Talampaya, La Rioja
Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por sus yacimientos arqueólogicos. Es una región de paredes rocosas talladas por el viento. Hacer el paseo nocturno, con luna llena, es inolvidable, pero temprano a la mañana también se disfruta.
Cerca de ahí está Villa Unión a unos 55km, donde se encuentra comida y alojamiento.
Valle de la Luna, San Juan
No podía faltar. Esas formas esculpidas por el viento y el tiempo, como la cancha de bochas, con perfectas pelotas del mismo material que el suelo, esas rocas gigantes, haciendo un equilibrio imposible en picos finos, todo el Valle de la Luna es una invitación a pensar que se suspende por un momento la estadía en la Tierra.
Está a 330 kilómetros de la ciudad de San Juan. Se llega por la Ruta 20.
