
Dicen los lugareños que «Reta enamora, o uno va una sola vez«. Si buscás conectar con el verdadero espíritu del mar, con la tranquilidad de una playa en la que no tenés que esquivar los pelotazos a dos centímetros de tu cara o las conversaciones de la sombrilla de al lado, o si querés estar tranqui, en tiempos de distanciamiento, éste es tu destino. La onda es disfrutar del agua, del aire, tomar sol y descansar.

Reta tiene playas de 200 metros en la zona principal, pero luego se extiende 30 kilómetros a lo largo. Un plus: por la Corriente de Brasil, las aguas son más cálidas. La villa tiene servicios turísticos básicos. Tiene, por ejemplo, centro de salud. Ojo: no tiene estación de servicio. Para cargar combustible hay que ir a Las Copetonas, a 25 kilómetros de ahí. Pero hay campings, hoteles, restaurantes. Y la playa, que es lo que importa, se ve así:

