Pasión y sueños: historias de fundadores de pueblos

Pasión y sueños: historias de fundadores de pueblos

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Trelew Foto: Alicia Comes - @entretur.trelew/Facebook

En medio de la selva o del campo hueco, ellos vieron algo más. Imaginaron localidades enteras, con sus calles, su escuela, su plaza. Imaginaron a su gente viviendo ahí y luego se embarcaron en la enorme tarea de convertir esos sueños en una realidad tangible. A menudo, lograron plasmar el lugar que entrevieron en sus sueños después de varios intentos, porque siempre la naturaleza o los vaivenes económicos y políticos se han confabulado para entorpecer el trabajo de los pioneros. Pero los  sitios que ellos proyectaron hoy todavía están ahí, contándonos cuánta razón (y cuánto coraje) tuvieron. ¿Vamos a conocer a algunos de ellos?

Félix Amadeo Benítez, Chaco

Dos hermanos, Manuel y Félix Benítez, reciben a fines del siglo XIX unas 30.000 hectáreas en el Chaco. Manuel viaja luego a Europa y es Félix el que lleva adelante una empresa colonizadora más que ambiciosa: crear una colonia agrícola que llevara su nombre. Y todavía está ahí. Queda a 17km de Resistencia y si bien hoy cuenta con sólo mil vecinos, alguna vez fue un centro muy activo de agricultura y vida social, especialmente durante el boom del algodón en esa provincia.

Foto: wikimedia commons

Colonia Benítez, además, tuvo la primera Escuela Agrícola de la región y recibió grandes contingentes de italianos, españoles, franceses y muchos otros grupos llegados hasta allí a “hacerse la América”. Hoy esta localidad está  considerada el Jardín Botánico de Chaco y no es casual. Allí vivió Augusto  Schultz, botánico y entomólogo cuya casa –y jardín- se volvieron museo. Allí  aun se conservan cerca  de 1000 especies vegetales de toda América que convierten al lugar en un paraíso verde y perfumado. No te lo pierdas la próxima vez que vayas a Resistencia.

 

Carlos Gesell, Buenos Aires

 

Carlos Idaho Gesell, la verdad sea dicha, no imaginó los pinares, los largos atardeceres ni mucho menos a los hippies que terminarían –desde los sesenta- definiendo el perfil de la ciudad que lleva su nombre. En realidad, en la década del treinta del siglo pasado, Carlos Gesell compró – a 370 km de la ciudad de Buenos Aires– 1.648 hectáreas consideradas improductivas por estár saturadas de dunas móviles.

Él se propuso fijarlas para poder sembrar lo que en verdad le interesaba tener: pinos para hacer los muebles infantiles que se comercializaban en la empresa familiar, la célebre Casa Gesell, fundada por su padre.  Y así lo hizo: en 1931 comenzó a forestar sus tierras con tupé y con esparto, dos especies vegetales conocidas por fijar dunas. Por esos días comenzaron a llamarlo “el loco de los médanos”, pero el tiempo le dio la razón y logró llenar de pinares su reino junto al mar. Vivió toda la vida en la villa que aún lleva su nombre y en la que aun viven sus descendientes.

 

Zenón Pereyra, Santa Fe

Foto: zenonpereyra.gob.ar

 

En 1885, Don Zenón Pereyra adquirió en Santa Fe unas hectáreas de campo con la idea de fundar un pueblo en el departamento de Castellanos, por donde ya pasaba el ferrocarril. Pereyra venía de Rosario, en donde ya era un venerable dentro de las logias masónicas locales. Llegó, de hecho, al más alto grado que se podía alcanzar dentro de esta organización (el 33) y toda su historia está marcada por ese espíritu de evolución, aprendizaje, progreso y cultura que promueve la masonería.

Hoy, ya convertido en una localidad con 1.900 residentes fijos, Zenón Pereyra muestra con orgullo su singularísima arquitectura (saturada de símbolos masones como la escuadra, el compás o los soles), su cementerio, sus especialidades gastronómicas (el  ajenjo, entre ellos) y su increíble museo automovilístico. Definitivamente, ni en sueños Zenón Pereyra podría haberse imaginado un futuro tan luminoso para el pueblo que aún lleva su nombre.

 

Lewis Jones, Chubut

Reloj de Trelew Foto: entretur.trelew/Facebook

Nacido en Gales, Jones comenzó a soñar con fundar una “nueva Gales” al sur de Sudamérica, más precisamente en la Patagonia, para salvarse del acoso inglés. Contó para ello no sólo con la ayuda de compatriotas como sino también con el apoyo del gobierno argentino que estaba especialmente interesado en el poblamiento del sur con colonos europeos. Pero, claro, las cosas no fueron fáciles: la hostilidad del clima patagónico estuvo a punto de hacer naufragar la empresa, hasta que uno de los galeses recién llegados  descubrió que el riego por canales podría hacer realidad el sueño de aquellos agricultores. Lewis Jones es recordado por aquella gesta hasta hoy, en el nombre del pueblo que fundó y que lo vio morir: Trelew o “el pueblo de Luis”, en su idioma natal.

 

 ¿Sabías que….

En Zenon Pereyra se realiza en septiembre la Fiesta de la Fonda Italiana, y que durante la celebración los bares se ambientan como en el pasado y se bebe ajenjo, una bebida típicamente italiana que fue prohibida en 1915 y hoy vuelve a brillar?

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