“Mi pasión por viajar nació escuchando radio”

“Mi pasión por viajar nació escuchando radio”

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Tiene al menos dos millones de kilómetros viajados. Ha ido a pueblos, ciudades, paradores abandonados, lugares inhóspitos. En 1995 comenzó un programa que ya es mítico: En el camino (se puede ver todos los viernes a las 22 por TN y repite los sábados a las 20) y desde entonces no ha quedado región argentina que no haya sido narrada por su particular voz, por su modo de mirar. Mario Markic nació en Río Gallegos y desde esos años en la Patagonia hasta ahora ha trazado miles de posibles recorridos por Argentina ¿Quién si no él para hablar de viajes y de sitios para descubrir?

¿Cómo nace tu pasión por los viajes?

De escuchar la radio. Yo me pasaba sábados y domingos en el local de mi padre en Río Gallegos y ahí escuchaba la radio todo el tiempo. Todas las trasmisiones deportivas. En las de automovilismo, los  autos que  viajaban por la mitad del país durante quince días y recuerdo las menciones de las localidades: Mina Aguilar, Capillitas, Arizona, Taco Ralo… Toda una cosa atractiva, lejana, y deseable, que despertó en mí la idea de viajar para conocer y de viajar para contar, que fue lo que me hizo periodista.

¿Qué lugar de Santa Cruz hay que descubrir?

En Río Gallegos yo iría a conocer la Laguna Azul. Está a 50 km de la ciudad. Es un cráter volcánico con una laguna adentro, de unos 200 metros de diámetro. Vas por la estepa patagónica y de repente te encontrás con un agujero. Podés bajar, llegar a la laguna. Eso inspira ciertas leyendas en torno a que no tiene fondo, que tiene una rara energía, hay historias trágicas, pero aparece también en Saint-Exupéry, el autor de El Principito, porque él solía ir a Río Gallegos cuando tenía la línea de aviones de los años treinta.

¿Qué lugar de Santa Cruz hay que descubrir?

En Río Gallegos yo iría a conocer la Laguna Azul. Está a 50 km de la ciudad. Es un cráter volcánico con una laguna adentro, de unos 200 metros de diámetro. Vas por la estepa patagónica y de repente te encontrás con un agujero. Podés bajar, llegar a la laguna. Eso inspira ciertas leyendas en torno a que no tiene fondo, que tiene una rara energía, hay historias trágicas, pero aparece también en Saint-Exupéry, el autor de El Principito, porque él solía ir a Río Gallegos cuando tenía la línea de aviones de los años treinta.

Estuviste en La Antártida, hiciste la primera trasmisión para televisión desde ahí… En una entrevista decías que no te quedaba región por recorrer ¿Cuáles son los lugares que más te impactaron?

La Antártida, como lugar remoto. Malvinas, sentimentalmente. Los campos de Piedra Pómez en Catamarca, que tienen una alta dosis de misterio. Moisés Ville, en Santa Fe, porque en chiquito representa la inmigración argentina rural tanto como Caminito en la Boca representa la inmigración urbana. Visualmente es sorprendente el Glaciar Perito Moreno. Es como sentir algo vivo que está latiendo desde millones de años de distancia.

¿Y alguna playa?

El mar bravío me interesa. La playa no. Al mar necesito verlo explotar.

El mar patagónico…

Sí. Península de Valdés, por ejemplo. Porque yo al mar lo asocio con la fuerza.

¿Cómo te llevás con los lugares tradicionales?

Primero quise conocerlos. Cuando estudié periodismo había cinco lugares principales: Cataratas, Mar del Plata, la Quebrada de Humahuaca y, a lo sumo, Mendoza.. La Patagonia se incorporó después. Pero para mí un lugar que no dice nada también puede decir mucho. El viaje modernamente se hace masivo y es placer, pero por esa cuestión masiva es que se busca una vuelta. El turismo que funciona hoy es el de nicho y está creciendo.

¿Cuál fue el lugar más inaccesible al que llegaste?

Hace muchos años, a la Mina La Casualidad, en Salta. No había caminos. Fui en un auto, en una imprudencia total y absoluta. Yo quería llegar ahí porque mirando el mapa vi que la huella más alejada de todo centro urbano civilizado era ese lugar: una mina de azufre en el medio de la cordillera. Fue una gran aventura. Y hace dos años cruzamos la Cordillera y lo difícil fue llegar al avión de los uruguayos de la tragedia de los Andes. Y en el primer programa de En el camino fuimos en cuatriciclos por acantilados, en Tierra del fuego, en la costa que da al Este; un lugar que no tiene huella. Para mí es muy difícil elegir lugares. Yo le puedo tener cariño a un lugar en el que no pasa nada pero a donde encontré una buena historia.

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