
Lo que ves detrás del Río Chubut, en ese atardecer soñado, son Los Altares, que asoman con toda su fuerza en el sur.
Justo en el medio del tramo de la ruta 25 que une Esquel con Rawson, en Chubut, este Valle de los Altares se levanta como un gigante que pide ser admirado en todo su esplendor. Son cañadones, acantilados, elevaciones que guardan el secreto del tiempo y de los hombres que se animaron a buscar en ellos un resguardo.
Cuando los tehuelches habitaban esta zona de la Patagonia le dieron a estos cañadones un sentido sagrado. Aquí, también, encontraron un lugar para esconderse cuando querían exterminarlos. La Dirección Provincial de Cultura hoy tiene la tarea de resguardar esta zona, que es área protegida y que guarda todavía unas pinturas del paso de ese pueblo originario.
Allí, en las cercanías, un pueblo lleva su nombre y se levanta al costado del río, con un escenario inigualable.
¿Lo admiramos un poco más?



