En San Pedro de Colalao a 93km al norte de la capital tucumana vas a encontrarte con este inmenso espejo de agua. Una belleza natural casi inexplorada, que hipnotiza a cualquiera que la visite.
Protegida por montañas, esta laguna parece querer ocultarse entre la frondosa vegetación que la rodea. Es un paisaje único al que sólo se puede llegar a pie o a caballo, volviéndolo un lugar mucho más interesante sobre todo para aquellos con alma aventurera.
Las aguas de esta laguna son mansas y se alimentan del agua de las montañas que la custodian. Una de estas se caracteriza por tener una forma puntiaguda, simulando una pirámide. En la zona hay un parador natural que permite una mirada panorámica espectacular de esta maravilla.
Cuando podamos volver a viajar, si elegís el recorrido a pie, es importante saber que tiene una duración de casi cinco horas, dependiendo cada persona y es necesario llevarse protección solar y repelente. Siempre se debe ir acompañado de guías locales que conozcan a la perfección la zona.