Es una hermosa palabra, ¿no? Trashumancia… Acá, en particular, hablamos de pastoreo trashumante y en entonces hablamos de familias enteras que en el norte de Neuquén van de un lado a otro llevando a cada paso tradiciones, rituales, trabajo, historia. Este tipo de pastoreo es una práctica que se guía por los ciclos del clima para llevar de un lado a otro a su ganado, en especial, ovejas y cabras que son guiadas por los llamados «crianceros».
El recorrido es así: en los tiempos fríos del invierno, el destino son las tierras bajas, del centro neuquino. Entre noviembre y diciembre, cuando el verano asoma y los días se vuelven más plácidos, el camino es hacia la montaña, donde buscan la vegetación más tierna para alimentar a los animales. Todo es un vaivén hermoso, mágico, que pese a varios embates, persiste en el tiempo.
Así que si andás por el sur en esta época y los cruzás, estarás frente a algo que tiene la magia de lo ancestral, la fuerza de la cultura, un paisaje único.
Además, como no podía ser de otra manera, en el pueblo cordillerano de Andacollo (a 463 km de Neuquén Capital) se hace desde hace un cuarto de siglo una fiesta, la del Veranador y el Productor del Norte de Neuquén, que celebra esta práctica.Muchos viajeros se acercan a este pueblo para conocer la práctica y para ser testigos (y participantes, si pueden) de ella.
La foto de portada es parte del documental de María Bagnat en el que cuentan cómo los crianceros trashumantes, originarios mapuches y criollos, persisten pese al «avance de los alambrados, el cierre de sus campos de pastoreo y la expulsión de sus tierras».
Aquí está el trailer:
https://vimeo.com/167985755
Y si querés ver el trabajo de alguien que captó toda la belleza que encierra esto, podés mirar la obra de Ricardo Kleine, que los retrató y concretó una producción imperdible. Podés ver si página: www.ricardokleine.com.ar
Mirá una de sus fotos:
Ahora esperamos tus fotos ¿Alguna vez te cruzaste con ellos?