Centenario y cargado de historia, el Parador y Hotel de campo La Leona, sobre la ruta 40 y en Santa Cruz esconde secretos de un pasado patagónico lleno de personajes increíbles.
A poco más de 100 kilómetros de El Calafate y justo antes de llegar a El Chaltén, en Santa Cruz, la mítica Ruta 40 comienza a llenarse de carteles, de avisos que cuentan que la próxima parada no es una más. Se trata de un rincón santacruceño que fue declarado Patrimonio Histórico y cultural de la provincia: el Parador y Hotel del Campo La Leona.
Pero, ¿de dònde el nombre?¿Por qué La Leona si en la Patagonia no hay leones, ni leonas? Para salir de dudas alcanza con sintonizar alguna radio local mientras recorremos la 40 y esperar a escuchar algún programa de esos que se engloban bajo el nombre de “Mensaje al poblador”. En esas noticias se avisa a los habitantes de la llegada de algun familiar, de una persona que los espera en tal kilómetro de la ruta o en deteminado paraje. Es una costumbre típica de nuestro país, adonde no siempre las comunicaciones existen ni son las mejores. Pues bien, en esos mensajes suele cada tanto pedirse “un leonero”. ¿Un mensaje típico? “Se busca leonero en la Estancia X”. Aunque lo que se solicita, en realidad, es quien cace a un puma, al que desde siempre en el sur se llamó así: león.
Pero sigamos con la historia. El tema es que en el siglo XIX estos animales eran aún mucho más visibles en la Patagonia austral y uno de ellos –más precisamente, una hembra recién parida- se cruzó un día en el camino del Perito Moreno, quien resultó malherido pero terminó acabando con el animal. Desde entonces este paraje de Santa Cruz que se extiende al costado de la ruta, enmarcado entre los lagos Viedma y Argentino y forma parte de la Estancia La Estela se llama así: La Leona. Ese es también en nombre de un Parador y de un hotel de campo de techos colorados y típica estructura sureña: madera, vidrio, chapa y la solidez de los ladrillos de adobe en los cuartos, lo que demuestra también su antigüedad. Después de todo, y como cuenta varios de los folletos que se descubren en el Parador –una mezcla de bar y confitería, con sillas de madera y mesitas adonde sentarse a tomar un té o u café y comer alguna torta deliciosa- este lugar fue creado hace más de cien años por una familia finesa, los Jensen. Ellos fueron los primeros administradores de este lugar cargado no sólo de historia sino también de leyenda.
Aquí, por ejemplo, se detuvieron a principios del siglo pasado tres extraños que hablaban en inglés. Eran dos hombres y una mujer. Se presentaron como un matrimonio viajando en compañía de un amigo y buscando tierras para comprar. Querían, como tantos otros, dedicarse a la cría de lanares y eso no le llamó la atención a nadie. Eran vecinos de Cholila, en Chubut, adonde tenían un rancho muy bien puesto.
Recién tiempo después y gracias a la intervención tanto de la policía local como de la agencia de detectives norteamericana Pinkerton se supo la verdadera identidad del trío. Eran nada menos que Sundance Kid y su mujer, Etta Place, acompañados por Butch Cassidy. Ladrones célebres que venía de una seguidilla de robos en los Estados Unidos como parte de lo que se conoció como The Wild Bunch (o La banda salvaje).
En su país de origen se los buscaba “vivos o muertos” y hasta el día de hoy, en las paredes del Parador de La Leona se puede ver una réplica del afiche original. ¿Consejo? No dejes de pedirte algo y de tomarte todo el tiempo del mundo para explorar los carteles y afiches antiguos que decoran el café.
Nosotras, cuando estuvimos en el lugar, aprovechamos para visitar la tienda de regalos (tiene de todo y todo divino: abrigos, bufandas, artesanías en metal, lana y cuero) y además nos trajimos folletos con las explicaciones del caso.
En cuanto al hotel es, como se adelanta, un establecimiento pequeño –sólo cuatro habitaciones- pero cómodo y con calefacción en todos los cuartos, que están muy bien puestos pero hacen honor al espíritu campero de la propuesta. Aquí no hay lujos, pero sí comodidad, historias para compartir y paisajes que –literal- te van a dejar sin aliento. Como éste
O como éste
Por eso, si ya te tentaste, no dejes de contactarte con la página Web del hotel https://www.hoteldecampolaleona.com.ar/. Aquí ves a Patricia y Laura Kargauer, las actuales administradoras del lugar.
Definitivamente, una manera de viajar no sólo al sur más hermoso sino también en el tiempo, hacia los días en los que la Patagonia era tierra de bandidos, héroes, soñadores y prófugos. Las leyendas siguen ahí, esperando a que quieras viajar a escucharlas.