
Duerme en el corazón de la montaña, se llega luego de subir y bajar, de cruzar agua y piedras, Iruya es un pueblo encantador en el que el silencio es el gran protagonista. Si vas al norte, no podés perderte este lugar.

Calles en subida con escaleritas, los colores de las piedras alrededor, el ritmo de los locales, las empanadas deliciosas y pequeñas en las tiendas… Iruya está detenida en el tiempo y regala toda su belleza. Si vas a conocerla no te la olvidás más.

Está en Salta, pero se llega desde Humahuaca, Jujuy. Podés ir en auto, o en un colectivo viejo que va parando por muchos pueblitos chicos. Es un secreto a voces, o un clásico que guarda el color de lo no conquistado por los extranjeros. Entre los preferidos de cualquiera que viaje y haya pasado por acá, eso te lo aseguramos.
