Esta cerca de la localidad de Villa Rio Bermejito, y es único en su especie: tiene 10,30 metros de circunferencia. Por eso fue declarado “Monumento Natural de la Provincia”. La visita a esa localidad al margen del río que le da nombre invita no sólo a recorrer sus aguas, sus senderos, sino a buscar a este testigo del paso del tiempo, a este árbol magnífico que hace pensar en los baobabs, con sus fromas exóticas, con su belleza.
Calculan que tiene unos 500 años. Es un palo borracho de flor blanca. El diámetro de su tronco es de unos 3,20 metros. Le dicen «El gigante» y está en Chaco, en las entrañas de El Impenetrable. Entre todas las especies del lugar, este destaca por varios motivos y han logrado cuidarlo como a una joya irrepetible, en ese ya valioso bosque nativo que se completa con algarrobos, palo santo, quebrachos.
Este Gigante del Impenetrable es un palo borracho de flor blanca que también se conoce como yucán o árbol botella. De febrero a mayo estos árboles dan sus flores cremosas, solitarias, desparramadas con sutileza en las alturas. En sus troncos se hacen huecos hechos por pájaros o por el paso del tiempo y los pueblos originarios antes los aprovechaban como reservorios de agua. Los guías del lugar saben llevar a los viajeros para tomar la foto preciada junto a él, al más majestuoso, para admirarlo, y día a día crece su fama.
Se sabe que uno de los árboles más viejos de Buenos Aires es un gomero y está en Recoleta; en la avenida Manuel Quintana y Junín. Es conocido también el alerce de 60 metros de altura y más de dos mil años de antigüedad que se eleva en el Parque Nacional Los Alerces en Chubut. Este gigante, por su parte, tiene quinientos años. Los que saben le calculan esa edad. Árbol sabio, testigo del paso del tiempo, digno de ser visitado para conocer sus secretos. Entre todos los misterios que guarda El Impenetrable, éste es uno de los que rankean alto.