Experiencia animal: Adiós a los zoológicos

Experiencia animal: Adiós a los zoológicos

1098
COMPARTIR

Ahora que los zoológicos están en extinción, ¿a dónde podés contactarte con animales y mostrarles a tus chicos la riqueza de nuestra fauna sin ponerla en peligro? Muy buena pregunta. Especialmente porque a los chicos les encantan los animales pero hasta no hace mucho tiempo la única respuesta a ese deseo fue el encarcelamiento de animales en un zoológico. Por suerte hoy la historia está cambiando y para mejor.

¿La propuesta? Simple: disfrutar de los animales en libertad o bien en espacios acotados pero en donde los bichitos no estén enjaulados, como sucede en los ecoparques. Otra chance es visitar alguno de los centros en donde se recuperan de lesiones y permanecen allí hasta ser devueltos a su hábitat natural. Y eso por no mencionar las numerosas propuestas hoteleras que optan por instalarse en sitios visitados por monos, pájaros, zorros y demás animales. Vamos entonces a recorrer todos esos rincones que, de norte a sur, te permiten dar rienda suelta a tu costado salvaje. Tus chicos, felices.

Selva adentro, cerca de Cataratas

 

En Iguazú, además de las célebres Cataratas existe también una naturaleza portentosa llena de trinos y colores. Pero para apreciarla en todo su esplendor, una de dos: te instalás en la selva, te hacés guardaparque o pasás por un refugio de animales salvajes en donde éstos son rescatados de accidentes y tramperas hasta su total recuperación. El sitio se llama Güirá Oga y está ubicado sobre la ruta N 12, en el Km 1638 y a apenas 13 kms de la célebre Garganta del Diablo.

Su nombre, en guaraní, significa “la casa de los pájaros” pero lo cierto es que en este refugio no se necesita tener plumas para ser bienvenido. Hay desde jabalíes hasta monos, pasando por nutrias, osos meleros y muchos bichitos más. A este lugar los animales llegan heridos y son curados y –cuando se puede- devueltos a su medio. ¿Cómo llegan al refugio? Lastimados por cazadores, trampas de caza, atropellados en la ruta o bien tras un decomiso a los traficantes de fauna silvestre. Como sea, este lugar es hermoso no  sólo para conocer más sobre todos ellos  sino también para acercarse al trabajo de los rescatistas y entender por qué, como repiten en el refugio “los animales silvestres no son mascotas”. Abre de 930 a 18 horas y tené cuidado si vas en temporada alta porque explota de gente.

Cordoba indomable

 

 

En el Valle de Calamuchita, en el km 103 de la ruta provincial N 5  se encuentra el centro Pumakawa (su nombre significa “el que cuida con sigilo al  puma”), que recibe animales accidentados o rescatados del mascotismo (está claro que no se puede tener a un puma o a un águila como mascota) y los cura para devolverlos al monte. Pero como algunas veces los animalitos han sido dañados para siempre, en Pumakawa los conservan como advertencia  los visitantes. ¿Advertencia de qué? De  que comprar un monito o un loro no es amar a los animales, precisamente,  sino un gesto de tremendo egoísmo.

Foto: @Pumakawa Facebook

En el lugar hay animales de todo tipo que ya no pueden vivir en la naturaleza y también se está llevando adelante un proyecto de reconstrucción del bosque nativo, que en Córdoba ha sido talado en un 95%. Data: allí se pueden comprar desde semillas de árboles nativos hasta plantines, ayudando así a recuperar al menos en parte todo lo perdido. Mirá el video y entérate del resto.

http://youtu.be/PnT_gBIjHaw

Buenos Aires al sol

 

En Buenos Aires, más precisamente en Tandil y aún más precisamente en la Reserva Natural Sierra del Tigre (queda en Suiza 2400) se puede disfrutar de una postal lindísima de esa región bonaerense rica en pájaros y especies nativas pero también de otros animales introducidos como la llama, el zorro, el zorrino, los carpinchos, los ñandúes y los gatos monteses. Son 150 hectáreas de flora y fauna para disfrutar al máximo en alguno de esos días lindos que ya comienzan a venir. Otra cosa interesante es que como toda esa zona de sierras es muy rica en minerales, hasta hoy pueden verse en la reserva las zonas de trabajo y hasta las casas de los antiguos picapedreros. Buenisimo, ¿no?

 

La auténtica Patagonia rebelde

 

Chubut, Patagonia, ahí justo donde la estepa se abre hacia el mar y el paisaje se vuelve distinto, una fundación llamada Patagonia Natural anima un proyecto a la vez educativo, de conservación y de monitoreo de la fauna y flora autóctonas. Pero tiene además un bellísimo Observatorio en Punta Flecha (a sólo 17 km de Puerto Madryn) adonde podés seguir aprendiendo y mirar a las ballenas y a sus crías desde un emplazamiento único. Imaginate: está a 21 metros sobre el nivel del mar, entre dos playas y dando de lleno al Golfo Nuevo, el mayor sitio de concentración de ballenas francas del mundo. Imperdible es poco.

 

DEJA UNA RESPUESTA