Dolavon: De Gales, con amor

Dolavon: De Gales, con amor

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Foto: Facebook.com/TurismoDolavon

La gesta galesa en Chubut no termina ni con mucho en Gaiman o en Trelew. En el encantador pueblito de Dolavon también es posible recuperar algo del espíritu de los pioneros.

En abril cumplió cien años pero no se le notan ni un poquito. Sigue tan lindo como hace un siglo: un pueblo precioso, como de cuento  y en pleno crecimiento. Hoy tiene 3.307 pobladores y los viajeros se acercan  hasta él siguiendo el rastro de los bravos galeses llegados a Chubut  en 1865, a bordo del Mimosa y escapando de la persecución política y cultural.

Dolavon en el pasado

Ubicado muy cerca de Gaiman y de Trelew (a 18 km de la primera y de 34 km del segundo. En resumen, en auto llegás en media hora), Dolavon es un lugar perfecto para los viajeros y las viajeras que buscan una experiencia real y cargada de historia. Pero, primero, ¿qué significa su nombre? En galés, claro, Dolavon quiere decir “curva” o “vuelta” del río. Y el río del caso es el Chubut, en cuyo valle inferior se levanta el pueblito.

El pueblo de las norias

Foto: Facebook.com/TurismoDolavon

Una de las cosas que te va a sorprender si te decidís a hacer la ruta de los pueblitos galeses es el verde que los caracteriza a todos ellos. No es casual: concientes de que estaban en una tierra constantemente amenazada por la aridez, los inmigrantes no sólo se instalaron cerca del río sino que además implementaron sistemas de riego y norias. Resultado: todas son localidades muy verdes  y muy floridas,  y en las que la presencia del agua es una constante. Por eso también los pioneros se ocuparon de generar molinos adonde procesar sus cosechas (Trevelin, otro publito galés de Chubut, se llama así precisamente por ser “el pueblo del molino) y, en el caso de Davalon, el molino histórico hoy está convertido en un restaurant.

Foto: Facebook.com/TurismoDolavon

¿Qué se puede hacer en un lugar como éste? Basicamente descansar, escribir, leer, pasear por sus calles quietas y disfrutar de un paisaje precioso. Y eso por no mencionar lo interesante de su historia y la de los pueblos cercanos, en donde todo lo galés es la marca de agua. Pensá que el idioma sólo se habla en Gales y en Gaiman, en donde existe hasta un jardín de infantes que educa a los niños y a las niñas en la lengua de sus mayores.

Antigua estacion del Ferrocarril de Dolavon Foto: @dolavonturismo/ Instagram
Estación de tren de Dolavon

Párrafo aparte merece la cocina galesa, que  en este lugar se combina con delicias locales como la fruta fina, las truchas o el cordero patagónico. Sobre la base de los productos locales y lo que ellas mismas trajeron de su tierra natal, las abuelas galesas lograron una cocina excepcional en la que el ruibarbo y la célebre torta negra (una dulzura que tiene la propiedad de conservarse fresca por mucho tiempo) se llevan de maravillas con los frutos del valle. Así que el plan en Dolavon es también dedicarse a disfrutar de la buena mesa.

 

Capillas acá y allá

Cuenta la leyenda que ahí adonde los ingleses fundaban un negocio apenas al llegar, los y las galesas levantaban un templo para honrar a Dios. Y algo de eso debe ser cierto porque todo Chubut parece ser una sucesión de pequeñas parroquias idénticas: piedra para las paredes, chapa para los techos (siempre a dos aguas, para que la nieve no se acumule ni traiga problemas) e interiores en donde la madera aporta la calidez que a veces le falta al alrededor, especialmente en invierno. Es por eso que en toda esta zona se organizó una Ruta de las Capillas para los que quieran recorrer de templo en templo un sendero de devociones único. Hasta hoy esas capillitas levantadas hace un siglo siguen ahí y – de nuevo, también según lo que cuentan los vecinos- en una de ellas estuvo la mismísima princesa Diana, como parte de su visita a Gaiman.

Comer y dormir como en Gales

Foto: Pas y Coed Facebook

Ahora bien, ¿a dónde podés alojarte? Buenas noticias: el pueblito está enteramente volcado al turismo cultural y muy cercano –como te dijimos- a Gaiman. Allí contás con varios sitios adonde hospedarte, escuchar, disfrutar y aprender. Los precios de una noche de hotel arrancan en torno de los $ 2. 000 y algunas de las mejores opciones son el hotel Hyr Hen Fordd  (un hotel de tres estrellas de ladrillo a la vista, a pasitos del centro de Gaiman), el Gwesty Plas y Coed (una hostería en pleno cetro de Gaiman  con una comida excelente que cuesta desde $ 3.100 la noche) o el hotel Unelem, también muy bien ubicado. Desde allí podes ir a pasar el día en Dolavon y disfrutar de todo lo auténtico que tiene para darte. Empezando, claro, por el té galés y su deliciosa comida. No dejes de pasar entonces por La Molienda, el restaurant alojado en el viejo molino harinero del pueblo y en donde hoy se sirven platos que van desde el cordero patagónico hasta pescados de río. ¿Ves? ¡Todavia no fuiste y ya estás queriendo volver!

¿Sabías que…

En la zona galesa de Chubut se realiza, desde 1865, un festival literario en el que compiten poetas por el premio mayor? Hoy la tradición se continua en varias sedes (Trelew, Gaiman, Dolavon) y los participantes concursan tanto en lengua galesa como en español.

 

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