Cueva de las manos: Un paseo milenario

Cueva de las manos: Un paseo milenario

2114
COMPARTIR

Hace más de cien siglos, los habitantes de este rincón de Santa Cruz se refugiaron entre estas rocas y llenaron el lugar con sus escenas de caza. ¿Vamos a la Cueva de las Manos?

El río que pasa al costado de la ruta 40 ya nos va preparando para lo que encontraremos al llegar. Por algo se llama río Pinturas y allí, en su cañadón (que es como se les dice a las gigantescas paredes de doscientos metros de alto que el río fue excavando a lo largo de millones de años, hasta correr encajonado entre dos murallones rojizos) nos toparemos con la famosa cueva que, desde su descubrimiento, ha puesto a soñar a los arqueólogos.

Vista frontal de la cueva

¿La razón? Es no sólo es uno de los sitios más vastos y bellos de  pinturas rupestres sino también uno de los mejor conservados. Es por eso que en diciembre de 1999 la UNESCO declaró al sitio Patrimonio Mundial la de la Humanidad. El registro que brinda este sitio sobre la vida de los cazadores y recolectores que habitaron ahí hace miles de años es francamente asombroso.

Escena de caza

La historia de su descubrimiento es bastante curiosa, porque si bien ya a fines del siglo XIX había hombres blancos recorriendo la zona, no fue sino hasta la década de 1940 que alguien localizó en las paredes ubicadas a medio camino entre las localidades de Perito Moreno y Bajo Caracoles un sitio repleto de dibujos creados por hombres y mujeres que vivieron, cazaron y murieron aquí hace cerca 10.000 años. Varios fueron pioneros en la zona (el inglés Musters, Clemente Onelli) pero fue un sacerdote, el padre Alberto Agostini, quien en  1941 comenzó a visitar el lugar y dejar registro adecuado de esas visitas. Así, tiempo después publicó un libro hablando de su hallazgo y mostrando varias imágenes del lugar.

Sin embargo, habría que esperar hasta 1964 para que, de la mano del topógrafo y arqueólogo Carlos Gradin, la Cueva de las Manos se levantara de la oscuridad de la historia para asombrar al mundo con sus choiques y humanos en plena carrera, además de con los negativos de manos que terminaron dándole nombre al lugar. Según anotó luego Gradin en su Recuerdo del río Pinturas, “Ahí estaba todo: un pueblo que creíamos desaparecido. Cazadores que mostraban sus técnicas y su comportamiento del quehacer diario: cazar”. Allí estaba todo un pueblo que creíamos desaparecido.

Carlos Gradin en la cueva

Para elevarla a la categoría de Patrimonio Mundial de la Humanidad, la UNESCO aplicó el tercero de los diez criterios que pueden emplearse para establecer a un sitio como tal. Concretamente expresó que “Cueva de las Manos contiene una colección extraordinaria de arte rupestre prehistórico que es el testimonio de una de las más antiguas culturas de los grupos humanos de América del Sur”.

¿Dónde queda exactamente la  cueva? Al noroeste de Santa Cruz, en el Cañadón del río Pinturas, a 160 km de la localidad de Perito Moreno y antes de llegar a  Bajo Caracoles. Llegás por la Ruta Nacional 40. Dato a tener en cuenta: estamos en la estepa patagónica, así que el abrigo nunca está de más y el protector solar, tampoco.

¿Cuándo visitar la cueva? Cualquier día del año es bueno. Literal: podés ir cuando quieras entre las 9 y las 19 horas (en temporada alta, que va desde octubre a abril) y entre las 9 y las 18 (en temporada baja), teniendo siempre en cuenta que el otoño y el invierno son bastante duros en esa zona y que recorrer el sitio implica en parte caminar por andariveles a la intemperie. ¿Otro dato a tener en cuenta? La cueva no puede visitarse por cuenta propia sino que debe haber un guía o bien un cuidador supervisando la recorrida, que se hace con casco de seguridad para evitar posibles lesiones en caso de desprendimientos de rocas.  El precio de la entrada es de $ 200 para ciudadanos argentinos.

Tené en cuenta, por otro lado que la cueva, tanto por su antigüedad como por su estatuto de Patrimonio Mundial de la Humanidad, exige medidas de cuidado y preservación especiales. La idea será entonces que todos podamos disfrutarla pero sin ponerla en riesgo ni intervenir sobre esas hermosas imágenes de manos, escenas de caza y de persecución.

Para eso, el exterior del lugar está protegido con vallas y andariveles, cosa de poder mirar de cerca cada pintura sin ponerlas en peligro. Como corresponde, también se pide a los viajeros que no escriban nada en los aleros, que no dejen basura y que tampoco se lleven nada “de recuerdo” porque la idea es justamente ésa: ni dejar nada ni llevarse nada al cabo de nuestra visita al lugar. Y aquí va un video para que veas algo de lo que vas a conocer cuando visites este lugar encantado que te hará mirar con otros ojos el esfuerzo de los hombres de la edad de las cavernas. ¡Que lo disfrutes!

http://www.youtube.com/watch?v=Zv1N9bHft04

 

 

 

DEJA UNA RESPUESTA