
Ideas para que (muy cerca de Capital) te encuentres con el Paraíso y recargues pilas gastando poco de todo: poca plata, poco tiempo, poca nafta.
Rosario

Tres horas en auto y ya estás disfrutando de una ciudad junto al río y con una movida de playa, cultural y nocturna que no se puede creer. Porque en Rosario tenés de todo: arte callejero, librerías, muestras, museos, teatros lindísimos y paseos al aire libre, además de actividades ideales para hacer en caso de que vayas con chicos. Pero en verano el gran atractivo de esta ciudad es el Paraná y podés disfrutarlo de mil modos: en la Costanera (la Rambla Catalunya y La Florida son los dos lugares adonde no podés dejar de ir), yendo a los paradores de las islitas o haciendo un paseo por el río en kajak, grandes barcos o en lancha. ¿Para no perderse? Los picnics nocturnos que organiza la ciudad, con espectáculos y shows bajo las estrellas, y totalmente gratuitos.
Cómo llegar: Desde la terminal de Retiro tenés buses a lo largo de toda la jornada y en aproximadamente tres horas estás en destino.
Areco
Queda al norte de Buenos Aires, llegás en algo más de una hora (son sólo 113 kilómetros desde la Capital) y se la conoce como “La cuna de la tradición”. No es casual: San Antonio de Areco son los pagos de don Ricardo Güiraldes, autor de la novela Don Segundo Sombra, y todo en esa pequeña ciudad de poco más de veinte mil habitantes respira identidad gaucha. Ahí podrás (en pareja o con amigos) disfrutar del precioso río Areco, tomar mate, comerte un riquísimo asado, comprar artesanías camperas (de mates en adelante, tenés de todo y también venden dulces muy ricos), además de recorrer los muchos atractivos de la ciudad: el puente viejo, el Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes, visitar la estancia La Porteña (divina y llena de árboles centenarios) y admirar la arquitectura de muchas viejas casonas…El plan, como verás, es tranquilo y campestre. ¿Ideal para quiénes? Para los espíritus estresados que buscan calma, silencio, sueño y paisajes.
Cómo llegar: Si vas en auto y desde la Capital Federal, tomás la Ruta 8 hasta el kilómetro 113 y llegás en menos de dos horas a este pueblo precioso. También podés ir en micros que salen desde Retiro. También tenés campings, hostels, hoteles de campo y hasta lujosas estancias .
Colón

Célebre por su palmar (el famoso Palmar de Colón, a 54 km de la ciudad, unas 8.500 hectáreas de parque nacional consagradas a preservar sus bellas palmeras yatay) la ciudad es una belleza de tranquilidad y disfrute junto al río. En las playas de Colón, sobre el río Uruguay, vas a poder tomar sol, tomar mate y (no te impresiones) eventualmente toparte con algunos de los muchos lagartos pequeños que rondan por la zona. A la caída de la tarde se muda a la costanera (un paseo precioso para disfrutar de un mate o una rica cerveza al aire libre) y por la noche tenés muchos restaurants y lugarcitos para visitar. ¿Imperdible? El Sótano de los quesos, en el puerto de Colón y frente al río. Sirven unas picadas fabulosas y además podés comprar quesos, salamines y lo que quieras para comer en el hotel, llevarte a la playa o como recuerdo de viaje.
Cómo llegar: Desde Retiro tardás cuatro horas y media. Para pasar la noche la oferta es variada (de departamentos a hoteles de gran lujo, pasando por cabañas, hostels y campings) pero cuidado porque en temporada alta los mejores alojamientos se agotan de inmediato.
Canning
Estás “acá nomás” pero –al mismo tiempo- se siente como si te hubieses alejado muchísimo del infierno de Buenos Aires. La razón: no se escuchan bocinazos (sí el canto de los pájaros), todo el mundo anda muy tranquilo por lo que sería el “centro” de la ciudad. Tenés dos centros comerciales muy lindos y uno de ellos es especialmente bonito porque imita a una villa en la Toscana. Aunque, a decir verdad, de lo que menos te da ganas en un lugar como este (tan verde, tan tranquilo, tan familiar) es de salir de compras. El plan aquí tiene más que ver con el relax, la buena comida y las charlas con amigos. ¿Un recomendado? Las tapas que sirven en Matto, de Plaza Canning. Probalas, te van a encantar.
Cómo llegar: En auto por la ruta o en bus. También podés tomarte el tren hasta Ezeiza (línea Roca) y de ahí una combi. Como Canning está mitad en Ezeiza, mitad en Esteban Echeverría, no tenés que alejarte mucho de Capital para disfrutarlo. Se ubica a 35 km de CABA, cuenta con muy buena hotelería (podés conseguir buen alojamiento desde $ 1.300 la noche) y además de una muy buena oferta gastronómicas hay cines y hasta un teatro.
Ostende

Queda en la costa bonaerense pero lleva el nombre de una famosa localidad balnearia en Bélgica justamente porque fueron dos belgas los que comenzaron a soñar con una “ciudad clon” de la Ostende original en 1908. Está a más de 357 km del Obelisco y llegás en algo más de cuatro horas y media en bus. Ostende es algo así como el barrio suburbano residencial de la agitada Pinamar y sus playas son de una tranquilidad única. Además, en el Viejo Hotel Ostende (una edificación de 1913 con cerca de ochenta habitaciones) se realizan todo tipo de actividades culturales, algunas de las cuales son abiertas a visitantes que no estén alojados en el hotel. Hay charlas, encuentros literarios, cursos, jornadas de cine y talleres de arte.
Cómo llegar: Desde la Terminal de Retiro (ojo, se anuncia a Pinamar) y desde ahí tenés que combinar con otro micro más. La oferta hotelera en Ostende es variada en precio y en calidad.