Está al norte del departamento de Castro Barros, en La Rioja, y fue construido con una mezcla de inspiraciones que van desde diferentes mitologías hasta aires de Van Gogh, a quien le rinde homenaje. Es una perla escondida, una rareza que sorprende a muchos de quienes eligen visitar esa zona cuyana. Se trata de Castillo de Dionisio.
Es único, una de las construcciones más particulares de la Argentina, y guarda en sus piedras la historia de un hombre que tardó décadas en construir con sus propias manos un castillo multicultural.
En la zona también se hace yoga y trekking al mirador de los morteros y este año tan raro muchos que buscaron salidas menos amuchadas lo eligieron para vacacionar.
¿Lo recorremos?
Está a una hora de la capital de La Rioja. Lo encontrás en Santa Vera Cruz. Fue Dionisio Aizcorbe que era carpintero y lo ideó para ser a su fiel a su filosofía: «El hombre es lo que piensa«. No sólo lo pensó. Lo construyó, con piedra y cemento, y la tarea le llevó tres décadas. Dionisio no era riojano. Era santafesino. Pero llegó a esta parte para cumplir su sueño.
Osiris, Buda sobre una serpiente, laberintos, rocas, un barco vikingo… andar por acá no es sólo ver el particular sueño de Dionisio, sino también un paseo por su particular interpretación de la mitología. Hay habitaciones internas, bellos jardines, y mucho color. Es una experiencia casi surrealista en el medio de un entorno natural.
Para llegar vas a cruzar caminos con nogales, los cerros. El trayecto es un valor en sí. Dionisio murió en 2004, a los 84 años. Cuando eso pasó, su castillo se cerró. El lugar estuvo un tiempo abandonado, hasta que un bonaerense, Pedro Armando Fernandez, vio su potencial turístico y lo reflotó.
Para más info: Tel: 011 – 1544734566
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