Por la Puna y la Quebrada, a paso de llama

Por la Puna y la Quebrada, a paso de llama

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Son adorables de ver, pero tienen un genio muy particular. Por suerte, alguien recuperó las antiguas técnicas de amansamiento y hoy las llamas se vuelven parte de viaje. ¡Y qué viaje!

La Puna y la Quebrada de Humahuaca son su reino, su territorio natural. Desde hace miles de años las llamas (de ellas hablamos) acompañan a los pobladores de estos parajes durísimos, ayudando a la supervivencia, al abrigo y al transporte. ¿Las llamas se montan? No, desde luego que no. Son camélidos y –como sus primos asiáticos y africanos- tienen un genio que su aspecto dulce no revela pero que los habitantes del norte conocen bien.

Con todo, hace casi veinte años un hombre llamado Santos Manfredi vio en esos “vecinos” peludos y de dulce mirar un enorme atractivo turístico. Y no se equivocó, porque hoy la llamada “Caravana de llamas” es una propuesta que tienta a los locales y enamora a los extranjeros. Las opciones son muchas y lo bueno del caso es que existen alternativas para todos los gustos y posibilidades. Un paseo de sólo medio día (esto es, de 10 a 14 horas entre salida y regreso) es una opción linda, no muy exigente (se puede hacer con chicos, por ejemplo) y no tan cara ($ 2.000, con almuerzo incluido).

La empresa (autodefinida como una “empresa de turismo rural ecológico”) tiene base en cuatro puntos (Maimará, Tilcara, Pozo colorado y Los Colorados) y cubre de este modo las Salinas Grandes, la Puna y todo su hermoso alrededor, con la posibilidad de detenerse, almorzar y hasta hacer noche en rincones desconocidos para el turismo masivo. Desde esas ubicaciones estratégicas se organizan salidas bien diferentes para que –elijas la que elijas- vuelvas feliz de tu paseo con las llamas. Y decimos “con” y no “montada en” justamente porque la noble llama no admite que nadie se le suba encima. Aceptan sin embargo llevar bolsos, mantas y todo lo que necesites para tu paseo.

En caso de que la propuesta te encante o que conozcas a alguien que ya la haya hecho, podes animarte a una opción sólo para audaces y sin problemas de presupuesto: por algo más de $ 14.000 por persona podés embarcarte en un periplo de tres días, durmiendo en casas de familia y conociendo realmente de cerca quiénes son y cómo viven las personas que habitan en el “techo” de nuestro país. Muchos de ellos son en efecto “llameros” (criadores de llamas) y podrán contarte de primera mano todos los secretos de la vida en estos parajes.

Lo que se practica en este caso es el llamado “turismo comunitario”, una variante del turismo que propone menos hotel de lujo y más realidad. ¿La idea? Conocer realmente un lugar, viviendo como viven los que habitan en él, comiendo su comida, haciendo lo que ellos hacen y `participando así de una experiencia mucho más auténtica. Algo de esto te lo contamos en una nota de hace algun tiempo.

 

¿Otra cosa linda de esta propuesta? Que –siendo como son de tamperamentales- el primer acercamiento a los animalitos debe ser suave y amable. La guía –quien llevará adelante todo el recorrido- suele ser quien elige quién irá con cada llamita, y la presenta por su nombre al cada visitante. A veces los invitan  a darles de comer antes de la salida, para comenzar a crear una cierta confianza.

El resto será puro placer y aprendizaje, caminando “a paso de llama” hacia la altura, por los mismos  senderos que ellas vienen transitando desde hace quién sabe cuánto. Según cuál haya sido el recorrido elegido, vas a poder disfrutar de una espectacular vista de Tilcara y su célebre pucará (“fortaleza”, en lengua originaria), el increíble colorido de los cerros, los cambios de luz en el cielo. En Maimará, las imágenes del cerro Paleta de Pintor te van a dejar sin palabras. Lo que te decíamos al principio: puede que haya otras manera de conocer la Puna. Lo que es nosotras, no conocemos ninguna más hermosa.

Más info en www.caravanadellamas.com.ar

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