Olvidate de Iguazú por un rato y vení con nosotras a conocer esas 5 cascadas, saltos y mini-cataratas de las que nadie habla…porque se quedaron mudos ante tanta belleza!
¿Al algo más relajante que caminar por un bosque y escuchar, entre las ramas, el sonido de una cascada? Es inevitable, cuando nos pasa, sentirnos casi en el paraíso y como si hubiéramos llegado a eso que tanto buscábamos: una fuente, el origen del agua. Por suerte nuestro país está lleno de sitios así: saltos, cascadas y rincones adonde el agua es la única protagonista. ¿Viajamos a conocerlos?
Salto Berrondo, en Oberá, Misiones
Esta belleza escondida de las miradas indiscretas queda a 8 km de Oberá, sobre la ruta 103, y cuenta con un camping ideal para los que quieran disfrutar del paisaje sin muchos intermediarios. Al salto se accede por un caminito de adoquines que termina en el último mirador, justo frente a la caída de agua. El salto Berrondo tomó su nombre de la familia que originalmente ocupó el predio y hoy es un paseo tradicional entre los misioneros. Si vas para allá, no dejes de visitarlo.
Salto del Tabaquillo, en Merlo, San Luis
Si el paisaje merlino te encanta y todavía te gusta volver a disfrutar de sus amaneceres y de su microclima (¿alguien durmió en algun lugar más tranquilo y relajado que en la Villa de Merlo?), el Salto del Tabaquillo es para vos. Eso sí: vas a tener que caminar un poco pero lo que vas a ver al llegar bien vale la pena. Es un paseo que recorre 6 km a pie, subiendo todo el tiempo (pensá que desde que salis hasta que llegás hay casi 300 metros de diferencia) y trepando en algunos lugares. Te sugerimos no ir con chicos ni con personas que no estén en buen estado físico, porque no hay manera de acceder al salto con vehículos. ¿Lo lindo? Cuando llegás y lo ves, cayendo piedra abajo. El ruido del agua, la vegetación salvaje del lugar y el aire purísimo que se respira ahí. Y postales como ésta de aca abajo, claro. Mirá lo que es!
Cascada Los Chorrillos, en Tanti, Córdoba
Esta es la cascada más alta de todas las sierras cordobesas (son 110 metros en total, una verdadera pared de agua cayendo desde la altura) y en medio de un paisaje todavía virgen, marcado por los molles, algunos cactus y muchos pájaros y animales como el lagarto overo. Hoy la zona es una reserva natural y sobre todo en temporada alta recibe la visita de cientos de turistas. Se ubica a 4 km de la localidad de Tanti y hasta la cascada se puede llegar vía trekking (el camino es sencillo y sin dificultades, pero demanda dos horas de andar) o bien en vehículos 4×4. A tener en cuenta: el último ingreso a la reserva es a las 15 horas.
Cascada Escondida, en El Bolsón, Río Negro
Si sos fan de la naturaleza patagónica, siempre soñaste con conocer El Bolsón y todo lo de la Comarca Andina del Paralelo 42 te puede, ¡ésta es tu cascada! Queda a sólo 10 km del centro del pueblo, en la zona de Maillín Ahogado, y lo bueno es que ahí tenés también algunas cascadas más. Por ejemplo, la pequeña cascada de la Virgen Misionera y la espectacular Catarata del Mailín Ahogado, con gran despliegue de agua y vistas increíbles. Además, todo está bien señalizado y llegás sin dramas. A tener en cuenta: en temporada alta hay que pagar entrada.
Cascada Los Amigos en Ushuaia, Tierra del Fuego
Llegar hasta esta lindísima cascada no es complejo porque el camino está señalizado, el desnivel entre el punto de partida y el de llegada es de menos de 300 metros (esto es, no hay que subir grandes pendientes) y además el paisaje fueguino es un sueño pintado cada tanto por bosquecitos de ñires y lengas. Pero no olvides que el recorrido es de unos nueve kilometros en total (entre ida y vuelta), así que andá preparado con agua, protección solar, gorro para el sol y algo para comer por si te da hambre por el camino.
¿Sabías que….
El “tabaquillo” que da nombre a uno de estos saltos es un árbol de color marron rojizo? Como crece cerca del salto en Merlo, le dio su nombre. La especie crece recién a los 1200 metros, por lo que cuando lo veas sabrás que ya estás a punto de llegar a tu destino.