Un cronista recorre todos los pueblos de Tucumán

Un cronista recorre todos los pueblos de Tucumán

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Nicolás Salvi se propuso un objetivo claro y sencillo: conocer todos los pueblos de Tucumán. Cada semana, se sube al auto, sale a la ruta y se deja sorprender. Sólo le quedan unos cinco lugares para tener su simbólica medalla dorada. Sus experiencias las cuenta en su columna de viajes en el programa Falso Asado (Radio El Baldío) de esa capital pero hoy comparte algo de todo eso que encontró en el camino en Descubrir Turismo.

Todo empezó como un pasatiempo. «Con auto, el  plan es simple», dice Salvi. “Tucumán es la provincia más pequeña del país y la más densamente poblada, lo que hace fácil ir de un lado a otro – explica-.  La provincia está prácticamente conectada en su totalidad, si no es por autovía o ruta asfaltada, lo es por un camino de ripio o huella, pero son pocos los lugares inaccesibles en vehículo”.

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Salvi, en uno de sus viajes.

Nacido en Río Negro, donde las distancias son grandes y suele haber un mínimo de cien kilómetros entre un lugar y otro, Salvi dice que la riqueza de historias es una de las cosas más atractivas en cada viaje. Hace poco viajó a Rusia y a Italia y recorrió sus pequeños pueblos. Tucumán, asegura, está a la altura en experiencias de viaje: “La mayoría de ciudades y pueblos en Tucumán son viejos y tienen muchas o alguna historia que contar. Pensemos que San Miguel tiene 451 años. Sea el paso de algún prócer por su territorio, el ingenio cerrado que marcó el inicio y decadencia del lugar o una leyenda aborigen, algo siempre hay para encontrar en cada rinconcito”.

Cuando tiene un día libre, entre semana, agarra el mapa y mira qué lugar le llama la atención. Muchas veces es una sorpresa, porque –dice- la información de los lugares pequeños en Internet es muy escasa. Suele postear en directo el paisaje con el que se encuentra en su cuenta de Instagram (@nicolassalvi3). Al día de hoy le quedan pendientes la ciudad de Burruyacú, Turuca Pampa, Cochuna, La Banderita, el yacimiento arqueológico “Ciudacita” y algunos parajes como Campo Azul.

Entre todos los pueblos de Tucumán, estos son los tres lugares que, por alguna razón, llamaron más su atención. Acá nos cuenta cuáles y por qué:

1-San Pedro del Colalao:

Los Antilopes de San Pedro de Colalao Foto: Nicolás Salvi

«Esta es una villa turística que es, por excelencia, utilizada por colonias de vacaciones y campamentos de colegios. Tal vez es por eso, por la cantidad de veces que el joven tucumano visita el lugar, es que está “quemada”. Los tucumanos no aprecian este verde lugar que tienen camino a Salta. Es una villa con aires de valle, de altiplano.  La yunga rodea a un centro de piedra, algunas casas de comida y una iglesia majestuosa. Pero más allá de eso, me llamó la atención el zoológico que tienen: grande, lleno de bichos, muchos leones, osos y cosas por el estilo. Por sobre todo, hay dos antílopes. Nunca había visto antílopes, y verlos en el valle tucumano, con los cerros de fondo me pareció la imagen de mixtura más impresionante que vi en mi vida”.

2-El Este:

Ingenio Cruz Alta, Colombres, Este de Tucumán Foto: Nicolás Salv

 

Si hay una zona de Tucumán que ningún turista visita es el este de la provincia. Es la zona más industrializada y la más pobre a la vez. Los olores de las fabricas e ingenios impregnan casi todo el territorio, espantando a las masas. Pero ese mismo paisaje urbano distópico con los ingenios de fondo tiene su costado poético, atravesarlo y encontrar el verde, al Jardín de la República, que resiste a la contaminación y muestra arboles e interminables plantaciones de granos con pueblos con paisajes de los más bellos, como Colombres o La Ramada, merece la oportunidad de una visita, para entender otra realidad de Tucumán alejada del clásico circuito de montaña”.

 

3-Concepción:

Confitería La Estrella, Concepción Foto: Nicolás Salvi

“Esta ciudad es apodada “La Perla del Sur”. Es la segunda más grande luego de San Miguel. Para llegar hasta allí desde la capital se atraviesan bellas y pujantes ciudades del interior, como Famailla y Monteros, con ingenios y los cerros a un costado, paisaje tucumano a más no poder. Cuando se arriba a Concepción, uno se da cuenta que está en una ciudad chica o pueblo grande, pero que no parece presentar algo de interés para el viajero. Podría decirse que es así, pero en frente de la plaza principal, está la Confitería “La Estrella”: de 75 años y look de panadería francesa. Fue ahí donde tomé y tomo el mejor café doble de Tucumán, acompañado de una porción de Imperial Ruso que no da más. Cada vez que voy a un pueblo del sur de Tucumán, trato de desocuparme para la merienda, y me hago una escapada a esta confitería que para mí le da justificación al apodo de la ciudad”.

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