El camino del olivo

El camino del olivo

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Foto: facebook.com/aceitesvarietales

Una planta antiquísima y noble dio origen a un nuevo pretexto para viajar: conocer, en su propio territorio, vida y milagros del olivo. ¿Vamos?

La historia es antigua y contradictoria: hasta hoy son varias las provincias (particularmente La Rioja, Catamarca, San Juan y Mendoza) las que se disputan el cetro mayor. Con el aceite de oliva siendo una estrella indiscutida de la gastronomía, todas aspiran a ser “el” lugar en donde se producen las mejores aceitunas o el mejor aceite, la que tiene las variedades más deliciosas (hay, en total, cerca de 500 varietales, aunque no todos se dan en nuestro país) o, cómo no, el lugar en donde empezó la larga historia de la industria olivícola nacional.

Foto: La Rioja Turismo Facebook

En ese sentido, La Rioja cuenta con un argumento inapelable: el olivo más antiguo del país, un árbol copudo y sorprendente que aún  da sombra en Aimogasta, al norte de la provincia. Está allí desde hace más de cuatrocientos veranos. En efecto, este árbol (declarado Monumento Nacional y orgullo de los aimogasteños) sería uno de aquellos introducidos en América por el capitán Pedro de Alvarado, considerado hasta hoy algo así como el padre fundador de la olivicultura en nuestro territorio.

Foto: El olivo de La Rioja

Pero si tuviéramos que empezar nuestro itinerario por no por el principio histórico sino por el comienzo geográfico, deberíamos arrancar entonces desde más al norte, en Catamarca. También allí se dan variedades maravillosas que se ven beneficiadas por las características particulares de esta región: clima seco y enorme amplitud térmica. Así, entre los días abrasadores y las noches heladas, la oliva va tejiendo su magia de sabores. Y conste que en nuestro país se dan de maravilla no menos de veinte variedades de aceituna. O que- por sólo mencionar un datalle- en 2014 uno de nuestros aceites vírgenes locales recibió la medalla de oro en un concurso organizado en País

Olivares de Poman Foto: Foto de WillyVan publicada en Panorami

Por eso, para  disfrutar el olivo en cualquiera de sus versiones, nada como visitar algún centro  de producción local. No importa si industrias ya consolidadas o pequeños establecimientos familiares se trata, ya que en todos se le da la bienvenida al visitante, se le explica cómo es el proceso de producción –desde la cosecha hasta la extracción del aceite- y (en un final previsible) se le dan a probar aceites, aceitunas y tapenades. Nadie sale de esa recorrida sin un frasco de aceite o de aceitunas, cuando no con las dos cosas. Y el corazón contento, claro.

En Catamarca, la aceituna es reina y su reinado se nota a simple vista: son hectáreas y hectáreas de olivares creciendo al costado de la ruta, primero en el Valle de Catamarca y luego en el Valle de Pomán. Estos circuitos turísticos que hace unos diez años apenas estaban comenzando a esbozarse hoy son una realidad deliciosa que convoca incluso a visitantes que cruzan desde Chile para saborear las célebres aceitunas nacionales.

Ya en La Rioja, la fiesta de los sabores sigue. Y, más precisamente, en el departamento de Arauco que es adonde se produce la única oliva argentina incluida en el catálogo mundial de esta planta. Y la variedad, como no podía ser de otro modo, lleva el mismo nombre la región que la vio nacer: Arauco. ¿Dato a tener en cuenta? Además de degustar olivas en este caso enormes (eso identifica a las Arauco: ¡son gigantescas!) y probar tapas en las que se pueden apreciar las sutilezas de cada varietal, también se puede disfrutar de la llamada “olivoterapia” o tratamientos de belleza y relax en base a ese fruto.

Olivares de Mendoza

Pero está claro que si en alguna provincia el Camino o Ruta del Olivo alcanza su esplendor es en Mendoza. Allí, sobre la estructura del turismo de bodegas que abrieron sus puertas a los visitantes, se desarrolló un itinerario de visitas a los olivares que alguna vez proveyeron  únicamente a la mesa familiar y hoy exportan a todo el mundo. Recordemos, de hecho, que Argentina está entre los primeros diez productores mundiales de aceitunas y de aceite de oliva.

Foto: Turismo de Mendoza

Y eso, en Mendoza, se vuelve algo tan concreto como la bodega Zuccardi (en Maipú) abriendo sus puertas para que (de enero a mayo, que es cuando el fruto está en su esplendor) los viajeros puedan vivir la experiencia de la cosecha y la elaboración, llevándose como recompensa un aceite en cuya creación participaron. El programa se llama Vení a cosechar y es una experiencia lindísima, sobre todo para hacer en familia y con los chicos.

Foto: Aceites Varietales Facebook

Mendoza capital es, también, otro de los sitios en los que se puede disfrutar de un spa completo basado en los beneficios de este fruto. En el Kumelkan Wine & Olive Spa ubicado en el Hotel Diplomatic de Maipú, se ofrecen tratamientos de todo tipo: para el cuerpo, para el rostro, para mejorar la tonicidad y suavidad de la piel…Definitivamente, la mejor manera de terminar un recorrido como éste, marcado por los sabores, los perfumes y las mejores tradiciones cuyanas.

Foto: Olivaresriojanossrl.com.ar

¿Sabías que…                                                                                     

temiendo que los espectaculares rindes de los olivos americanos pusieran en riesgo las exportaciones españolas, el rey Carlos III mandó hachar a todos los árboles de la zona? El olivo cuatro veces centenario de Aimogasta, en La Rioja, fue el único sobreviviente de esa masacre.

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